Acto
de Consagración a María,
para
saciar la sed de Jesús.
María,
Madre de Jesús y Madre mía, movida por un ardiente deseo de vivir en unión
contigo, la mayor que sea posible en esta vida, para estar segura de estar
cerca de tu Hijo, y con tu ayuda descubrir el misterio de su sed, prometo ser
fiel a este acto de consagración del modo más generoso del que soy capaz y
contando con tu ayuda.
Desde
que Jesús sobre la cruz me entregó a ti, te acepto como mi propia madre. Y
desde que Jesús te entregó a mí, tómame como tu hija. Te confío mi vida y todos
mis actos, para que compartas tu vida y tu corazón conmigo. Actúa sobre mí y
sobre todo lo que me pertenece, sea material sea espiritual, para que, como una
madre, nutras en mi interior la sed de Jesús.
María,
dependo de ti completamente, como un niño con su madre, para que a cambio tú
dispongas de mí, me protejas y me transformes en Jesús. Que la luz de tu fe
disipe las tinieblas de mi mente, que tu profunda humildad ocupe el lugar de mi
orgullo; que tu contemplación reemplace a las distracciones de mi imaginación.
Y que tus virtudes tomen el lugar de mis pecados. Guíame hacia lo más profundo
del misterio de la cruz para que compartas conmigo tu experiencia de la sed de
Jesús.
Purísimo
corazón de María, permíteme entrar en tu corazón, para compartir tu vida
interior. Tú que ves y conoces mis límites, ayúdame a hacer «lo que Jesús me
diga», para que mis deseos humanos se conviertan únicamente en sed de Dios.
Anhelo descubrir, saciar y proclamar la sed de Jesús, pero conozco demasiado
bien mi debilidad, mi nada, mi pecado. Madre, que este acto de consagración a
ti sea en mi vida la fuerza secreta a través de la cual dispongas de mi para
saciar completamente a tu Hijo. Que ésta sea mi única alegría…y que tú seas la
causa de esta alegría.
Mi
dulce Señor, yo saciaré tu sed de almas con mi amor ardiente, todo lo haré por
ti. Mi cáliz estará lleno de amor, de sacrificios hechos por amor a ti. Saciaré
eternamente tu sed.
No hay comentarios:
Publicar un comentario