Ya han pasado once días de este nuevo año. El tiempo corre muy rápido. Por eso, pensemos en la prontitud con que María fue a visitar a su prima Isabel. Dios la eligió porque estaba «llena de gracia» y al mismo tiempo llena de humildad. Al hacerse una con la Palabra de Dios, María fue colmada de celo apostólico por llevar a Jesús a los demás a través de un servicio de caridad.
No se dejó distraer por el hecho de llevar al Hijo de Dios en sus entrañas ni por la alegría o el dolor que iba a experimentar por ser la Madre de Dios y de la humanidad.
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