El
primer paso para alcanzar la santidad es desearla. Santo Tomás de Aquino dijo:
«La santidad no consiste en otra cosa que en la firme resolución, en el acto
heroico de quien se abandona a sí mismo en Dios. Con una voluntad íntegra,
amamos a Dios, lo elegimos a Dios, corremos hacia Dios, lo alcanzamos, lo
poseemos.» Esta firme voluntad nos convertirá en la imagen de Dios, nos hará
como Él.
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