Si
vivimos unidos a Dios, si estamos dispuestos a hacer su voluntad si dejamos que
cuente con nosotros para lo que sea, entonces seremos las personas más felices
de este mundo.
Para
ser felices de esta manera, debemos pertenecer completamente a Jesús, sin
reservas. Él sólo desea nuestro amor, nuestra total entrega. Una vez que le
pertenezcamos, entonces sí podrá disponer de nosotros para lo que nos necesite.
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