miércoles, 3 de abril de 2013

Los cinco minutos de la Madre Teresa Marzo 31


          En 1978, la Madre Teresa pidió una audiencia con el Papa para recibir a un grupo de voluntarios italianos. Al llegar a Roma le pidió a un misionero que la acompañara al Vaticano. Cuando llegaron a los aposentos privados del Papa, su secretario, Monseñor Macchi, los hizo pasar a una antesala. Mientras esperaban, la Madre Teresa se volvió hacia el misionero y le preguntó: ¿Para qué vinimos aquí?  Había olvidado completamente el motivo por el cual se encontraban en ese lugar. Cuando su acompañante se lo recordó, inmediatamente se puso a rezar el rosario. Apenas dejaron los Palacios Apostólicos, con un sol aun radiante sobre Roma, volviéndose hacia ella, sorprendido por su olvido de hacía un momento, el misionero le preguntó: Madre, ¿qué es lo que en el mundo la distrae tanto al punto de olvidar el motivo por el que vinimos al Vaticano?
           Ella respondió con un toque de santa picardía en sus ojos: Todos estos salones vacíos que hemos cruzado antes de llegar a los aposentos del Papa. ¡Estuve contando mentalmente cuántas camas podríamos poner para nuestra gente!
          Sólo unos años más tarde el Papa Juan Pablo II construyó dentro del territorio vaticano un hogar con setenta camas para los sin techo y los más necesitados de Roma. Lo llamó Dono di María («Regalo de María») porque fue fundado en 1987, durante el Año Mariano. Desde su fundación, es atendido por las Misioneras de la Caridad.

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