sábado, 13 de abril de 2013

Los cinco minutos de la Madre Teresa Abril 8


          Que la alegría y el amor de Jesús resucitado esté siempre con ustedes y en medio de ustedes para que se conviertan en verdaderos testigos del amor del Padre por la humanidad. Recuerden: Dios amó tanto al mundo que entregó a su Hijo único. Amemos de tal manera a Dios que seamos capaces de darnos a Él en cada uno de nuestros hermanos y , en particular, en los más pobres.

          Esto lo lograremos sólo por fidelidad a Cristo, perteneciéndole sólo a Él, y a través de un amor tierno y desinteresado por cada hermano. ¡Qué hermoso es ver este amor mutuo hecho realidad! Tengan este amor por cada persona y un especial respeto por los hermanos más ancianos. Que los más ancianos traten a los más jóvenes con respeto y amor, como lo harían con Jesús.
          Él los eligió a cada uno por sí mismos, para ser su Luz y su Amor en el mundo. El camino más simple para convertirse en su Luz es ser atento, afectuoso, desinteresado y sincero con cada hermanos. Como dijo Jesús: En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos.

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