Hemos recibido el mandamiento de amar a Dios y al prójimo con el mismo amor, al mismo nivel. No hay diferencia. El amor hacia nuestro prójimo debe ser igual a nuestro amor por Dios. Además, no necesitamos buscar las oportunidades para vivir ese amor; pasamos veinticuatro horas al día rodeados de ellas. Entonces, ¿por qué las dejamos pasar con tanta frecuencia?
domingo, 28 de abril de 2013
Los cinco minutos de la Madre Teresa Abril 29
Hemos recibido el mandamiento de amar a Dios y al prójimo con el mismo amor, al mismo nivel. No hay diferencia. El amor hacia nuestro prójimo debe ser igual a nuestro amor por Dios. Además, no necesitamos buscar las oportunidades para vivir ese amor; pasamos veinticuatro horas al día rodeados de ellas. Entonces, ¿por qué las dejamos pasar con tanta frecuencia?
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