Si tenemos un corazón puro, entonces podemos ver a Dios. Y si no podemos verlo, entonces tenemos que preguntarnos: ¿Hay algo que se interpone entre nosotros y Nuestro Señor? Hay momentos de oscuridad que nos acercan más a Dios, como problemas y pruebas en las que aprendemos a perseverar. Pero también hay oscuridades que nos separan del amor de Dios. En esos momentos nunca olvidemos que estamos entrelazados con Dios como los hilos de una tela que no pueden ser separados. El único motivo de nuestra existencia es vivir en Él, para Él, por Él y con Él.
lunes, 18 de febrero de 2013
Los cinco minutos de la Madre Teresa Febrero 19
Si tenemos un corazón puro, entonces podemos ver a Dios. Y si no podemos verlo, entonces tenemos que preguntarnos: ¿Hay algo que se interpone entre nosotros y Nuestro Señor? Hay momentos de oscuridad que nos acercan más a Dios, como problemas y pruebas en las que aprendemos a perseverar. Pero también hay oscuridades que nos separan del amor de Dios. En esos momentos nunca olvidemos que estamos entrelazados con Dios como los hilos de una tela que no pueden ser separados. El único motivo de nuestra existencia es vivir en Él, para Él, por Él y con Él.
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