La fiesta del Inmaculado Corazón de María, causa de nuestra alegría, está cerca. Preparémonos para ese gran día con una humilde y profunda gratitud. A Dios y pidámosle dos gracias especiales que tuvo su Madre: la perseverancia en nuestra hermosa vocación y un amor atento a las necesidades de los pobres de Dios. La grandeza de María fue su humildad. No por nada Jesús quiso vivir cerca de ella. Aprendamos de ambos una misma lección: ser mansos y humildes de corazón.
sábado, 27 de julio de 2013
Los cinco minutos de la Madre Teresa Junio 30
La fiesta del Inmaculado Corazón de María, causa de nuestra alegría, está cerca. Preparémonos para ese gran día con una humilde y profunda gratitud. A Dios y pidámosle dos gracias especiales que tuvo su Madre: la perseverancia en nuestra hermosa vocación y un amor atento a las necesidades de los pobres de Dios. La grandeza de María fue su humildad. No por nada Jesús quiso vivir cerca de ella. Aprendamos de ambos una misma lección: ser mansos y humildes de corazón.
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