San Pablo dijo: Todo lo puedo en aquel que me da fuerzas. Debemos convencernos de que, con Jesús, podemos hacerlo todo. Aun esa debilidad que nos atormenta puede ser superada con su ayuda. Cuanta menos confianza tengamos, más difícil nos será vivir una vida pura y santa. Debemos respetarnos los unos a los otros. Debemos darnos cuenta de que Dios es quien nos elige. Debemos descubrir lo bueno del otro y reverenciar a Jesús en el corazón de esa persona.
Aprendamos de María a tener la misma confianza que tuvo en san José. Aprendamos de ella que, cuando vio a Jesús humillado y flagelado, no temió presentarse ante todos como su madre. Pidámosle que nos ayude a confiar de tal manera que nada ni nadie pueda separarnos del amor de Cristo.
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