domingo, 24 de marzo de 2013

Los cinco minutos de la Madre Teresa Marzo 24

            
           La parte más hermosa de la Redención comenzó de una manera muy humilde. Dios no envió a Gabriel al palacio de alguien importante y rico, sino a la pequeña casa de la joven María. Ella sólo le hizo una pregunta al ángel que le anunciaba que sería la madre del Salvador: ¿Cómo puede ser esto? Y cuando él se lo explicó, ella, llena de gracia, se ofreció a sí misma como la servidora del Señor.
          Este es el motivo por el que fue elegida, porque a pesar de ser la llena de gracia, también fue la llena de humildad.  No pensó en la gracia del Hijo de Dios que habitaba en sus entrañas. No se distrajo pensando en las alegrías y tristezas que habría experimentado como Madre de Dios y de la humanidad. Sólo pensó en cómo servir, en cómo llevar a cabo su vocación de servidora del Señor.

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