Como dijo San Pablo: Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Nuestra vida de castidad consagrada nos debería llevar a decir lo mismo. Como en el matrimonio no hay divorcio, tampoco para nosotros no hay divorcio de Dios. Lo que Dios unió, nadie puede separarlo, lo mismo en el matrimonio que en la vida religiosa.
martes, 19 de marzo de 2013
Los cinco minutos de la Madre Teresa Marzo 20
Como dijo San Pablo: Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Nuestra vida de castidad consagrada nos debería llevar a decir lo mismo. Como en el matrimonio no hay divorcio, tampoco para nosotros no hay divorcio de Dios. Lo que Dios unió, nadie puede separarlo, lo mismo en el matrimonio que en la vida religiosa.
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