lunes, 3 de junio de 2013

Los cinco minutos de la Madre Teresa Mayo 23


            Vamos por la vida tratando de hacer el bien a los demás y, por eso, la gente nos rodea de afecto, respeto y confianza. Por este motivo necesitamos ser humildes, para protegernos del peligro del protagonismo, para cuidarnos de no caer en soberbia, para garantizar la fecundidad de nuestro servicio.
          Nuestra vida, al ser tan pública, más necesita de humildad. Es hermoso observar la humildad de Cristo. La Escritura dice: Él, que era de condición divina, no consideró esta igualdad con Dios como algo que debía guardar celosamente: al contrario, se anonadó a sí mismo… haciéndose semejante a los hombres.

         Nuestro ideal de vida no es otro que Jesús.

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