El celo
apostólico es el resultado y al mismo tiempo la prueba de que nuestro amor es
verdadero. Debemos dejarnos consumir por el deseo de ayudar a nuestros
hermanos. Este es el anhelo más intenso y profundo de Jesús. El deseo de
anunciarlo es el test del amor, así como una gran pasión por la causa de Jesús.
Nosotros debemos gastar nuestra vida y nuestras energías trabajando por la
salvación de los demás.
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